A pesar del fácil
acceso que tenemos a la información sobre la prevención a través del internet,
los niños y adolescentes cada vez están en mayor riesgo de ser objeto de acoso cibernético.
Así lo demuestran los hallazgos de un estudio extenso llevando a cabo
recientemente en Inglaterra. En la encuesta participaron 2,700 niños y adolescentes
de ambos sexos entre 11 a 16 años de edad. Los resultados más sobresalientes se
describen a continuación:
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El 61
% de los estudiantes obesos reportaron ser blanco de cyberbullying.
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Solamente
el 1% indicó ser acosado en línea. La mayoría fue víctima del bullying
tradicional combinado con el acoso cibernético.
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Solo
el 10% le dice a un adulto que fue objeto de acoso en línea.
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El 70%
de los estudiantes entre nivel elemental y superior han sido testigos de
cyberbullying.
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El 85%
de los estudiantes no dice que fueron víctimas de acoso cibernético. Se quedan
callados.
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Los
menores tienen 7 veces más riesgo de ser acosados por sus amigos que por extraños.
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Las niñas
tienen el doble de posibilidad de ser objeto de acoso cibernético que los
varones.
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Los niños
y adolescentes acosados en línea tienen una probabilidad entre media y alta de
cometer suicidio.
ü El 50%
de los que son víctimas de acoso cibernético también acosan a otros en línea.
Aunque todos tienen la misma probabilidad de ser víctima de cyberbullying, los que tienen características diferentes a los demás son los más vulnerables. Las repercusiones de esta modalidad de acoso en la salud mental pueden ser la depresión y la ansiedad, incluidos en los síntomas de insomnio, el ausentismo escolar, pérdida de apetito, miedo, desasosiego, desesperanza y lamentablemente el suicidio. Los síntomas en estas situaciones son peores por la amplia exposición al acoso y a la burla facilitada por el Internet. Los padres no pueden continuar con la actitud de que “a mi hijo no le pasará eso”, o “mis hijos son bien consientes y saben cómo comportarse en las redes sociales o Internet”. Les sugiero que no den nada por hecho y tomen tiempo para dialogar, determinar algunas reglas y conocer más a los hijos para poder establecer una conexión óptima con ellos. Estamos viviendo unos tiempos donde cada día aparecen nuevas aplicaciones de mensajería instantánea, nuevas redes sociales y lugares en el Internet que podrían convertirse en un caldo de cultivo para dar origen a las dinámicas del acoso cibernético, sin dejar de mencionar otros riesgos igualmente peligrosos para los niños y adolescentes como lo son el “sexting” y los pederastas en línea conocido en inglés como el “grooming”. Recuerden que siempre es mejor prevenir que tener que remediar.
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