lunes, 13 de agosto de 2018

La bondad como antídoto para detener el bullying.


Poner en marcha un proyecto para reformar el clima de convivencia en las escuelas es una tarea titánica, de mucho reto pero más importante, debe ser un proceso basado en la evidencia, amparándose en las mejores prácticas para lograr el cambio deseado. A esto le agregamos el hecho de enfatizar en la prevención e intervención del acoso escolar o bullying. Algunos programas y enfoques han sido efectivos al lograr una buena convivencia escolar y prevención del acoso, mientras que otros programas lo han conseguido a medias.

En muchos casos, los estudios solamente han reportado un 30% de efectividad. Esto pudiera denotar que el acoso escolar es un síntoma de un problema mayor. En ocasiones hemos dicho que el bullying ocurre por el abuso de los más fuertes contra los más débiles. Sin embargo, es posible que esta dinámica se observe en un grupo pequeño de estudiantes. Muchos estudiantes no se tratan amablemente porque no han aprendido o se ha fracasado en educar sobre la importancia de los valores universales.

Varios estudios señalan la necesidad de impulsar la formación de un carácter cívico y ético en los estudiantes para reducir y hasta eliminar el acoso escolar. Estoy convencida de que uno de los elementos más relevantes para reducir la crueldad y la violencia entre los estudiantes es fortaleciendo lo opuesto: la bondad. Los buenos hábitos inhiben las malas conductas y hasta podrían detener el bullying. Se requiere crear conciencia sobre la ejecución de un plan que ayude a lograr una clase de educación que establezca una cultura de ayuda y de amabilidad entre los alumnos y que honre su dignidad humana. Se necesita una cultura de bondad que no esté basada meramente en el respeto de las características particulares que puedan tener algunos estudiantes ni apoyada por corrientes ideológicas y anti-cientificas que en nada abonan al desarrollo pleno de ellos como seres humanos. 

El éxito de la puesta en acción de un proyecto de tal naturaleza incluye la realización de estudios de necesidades en las escuelas, la implementación de currículos que focalicen en el aprendizaje de cooperación, el comportamiento pro social y los valores, al igual que brindar un esfuerzo continuo de seguimiento a las actividades realizadas. Del mismo modo, el resultado esperado dependerá del compromiso de los padres, el personal escolar, los estudiantes, el apoyo de los diferentes grupos de la comunidad, el envolvimiento de los profesionales de la salud mental, la aceptación del reto de un compromiso de los sectores gubernamentales y la concienciación del compromiso que deben tener los medios de comunicación, radiales, televisivos, escritos y digitales.




domingo, 5 de agosto de 2018

Alarmantes estadísticas sobre el cyberbullying


A pesar del fácil acceso que tenemos a la información sobre la prevención a través del internet, los niños y adolescentes cada vez están en mayor riesgo de ser objeto de acoso cibernético. Así lo demuestran los hallazgos de un estudio extenso llevando a cabo recientemente en Inglaterra. En la encuesta participaron 2,700 niños y adolescentes de ambos sexos entre 11 a 16 años de edad. Los resultados más sobresalientes se describen a continuación:

ü  El 61 % de los estudiantes obesos reportaron ser blanco de cyberbullying.
ü  Solamente el 1% indicó ser acosado en línea. La mayoría fue víctima del bullying tradicional combinado con el acoso cibernético.
ü  Solo el 10% le dice a un adulto que fue objeto de acoso en línea.
ü  El 70% de los estudiantes entre nivel elemental y superior han sido testigos de cyberbullying.
ü  El 85% de los estudiantes no dice que fueron víctimas de acoso cibernético. Se quedan callados.
ü  Los menores tienen 7 veces más riesgo de ser acosados por sus amigos que por extraños.
ü  Las niñas tienen el doble de posibilidad de ser objeto de acoso cibernético que los varones.
ü  Los niños y adolescentes acosados en línea tienen una probabilidad entre media y alta de cometer suicidio.

ü      El 50% de los que son víctimas de acoso cibernético también acosan a otros en línea.

Aunque todos tienen la misma probabilidad de ser víctima de cyberbullying, los que tienen características diferentes a los demás son los más vulnerables. Las repercusiones de esta modalidad de acoso en la salud mental pueden ser la depresión y la ansiedad, incluidos en los síntomas de insomnio, el ausentismo escolar, pérdida de apetito, miedo, desasosiego, desesperanza y lamentablemente el suicidio. Los síntomas en estas situaciones son peores por la amplia exposición al acoso y a la burla facilitada por el Internet. Los padres no pueden continuar con la actitud de que “a mi hijo no le pasará eso”, o “mis hijos son bien consientes y saben cómo comportarse en las redes sociales o Internet”. Les sugiero que no den nada por hecho y tomen tiempo para dialogar, determinar algunas reglas y conocer más a los hijos para poder establecer una conexión óptima con ellos. Estamos viviendo unos tiempos donde cada día aparecen nuevas aplicaciones de mensajería instantánea, nuevas redes sociales y lugares en el Internet que podrían convertirse en un caldo de cultivo para dar origen a las dinámicas del acoso cibernético, sin dejar de mencionar otros riesgos igualmente peligrosos para los niños y adolescentes como lo son el “sexting” y los pederastas en línea conocido en inglés como el “grooming”.  Recuerden que siempre es mejor prevenir que tener que remediar.