En la actualidad los niños y los
adolescentes viven la mayor parte del tiempo conectados al internet. Esto puede
traer grandes riesgos por su falta de madurez y no conocen los alcances de los peligros que se
pueden encontrar en el espacio cibernético. Uno de esos peligros es el sexting
y se refiere al envío de fotos, videos o mensajes de textos con alto contenido
sexual entre dos personas que pueden ser adultos y también ocurre entre los
menores. Cuando son menores es una conducta ilegal.
El sexting y el bullying están relacionados
porque cuando esas fotos y videos son difundidos en el internet, las redes
sociales y los chats, pueden provocar agresión relacional, exclusión social, acoso
escolar y cyberbullying. Esto repercute en un grave deterioro emocional en
quienes son objeto de burlas con consecuencias extremas y funestas como el suicidio.
¿Qué pueden hacer los padres?
Tomen tiempo para tener una plática con sus
hijos sobre los beneficios de la tecnología pero también sobre sus riesgos. Explíquele
lo que es el sexting. Enfatice que las fotos que suben en Internet ya no son
privadas. Recurra a la creatividad para motivar la conversación como los
anuncios de televisión; haga que sus hijos se mantengan en la conversación y no
sea meramente un monólogo.
Enséñele como la presión de grupo o de
algunos amigos y compañeros de escuela pueden influir para que sus hijos envíen
material inapropiado como fotos o textos sexuales. Recalque que no importa
cuanta presión puedan recibir de sus pares, la humillación y la vergüenza de
que sus fotos sexuales estén expuestas en las redes o el internet es mucho peor.
Eduque a sus hijos de borrar inmediatamente
cualquier recibo de foto, video o texto con contenido sexual. Destaque que si
mantienen este tipo de material en sus aparatos electrónicos podrían ser
acusados de pornografía infantil. Además, si re-envían ese material podrían ser
acusados de distribución de pornografía infantil.
Si descubre que su hijo posee fotos, videos
o textos del alto contenido sexual, mantenga la calma y pregunte a su hijo que
lo motivó a tomar esa decisión (bullying, cyberbullying, presión). Una vez los
padres conocen las razones, podrán manejar la situación apropiadamente.
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