Es muy probable que la mayor amenaza de
bullying no se encuentre en la escuela y si entre los hermanos en su propio el
hogar. Sin embargo, ni los agresores ni las víctimas lo perciben como bullying
porque para ellos es simplemente una situación de rivalidad entre hermanos. En
un estudio realizado el año pasado en los Estados Unidos, se entrevistó a 400
adolescentes entre 18 a 20 años, sobre sus experiencias de bullying en la
niñez. Los resultados demostraron que los jóvenes indicaron que las conductas
que componen el bullying vinieron en su mayoría, por parte de sus hermanos.
Otros hallazgos relevantes demostraron que
el 32% de los participantes que sufrieron el impacto del bullying de hermanos,
sufrieron mayores indicadores de depresión en la adolescencia, lo que refleja
los efectos a largo plazo del acoso entre hermanos. Los padres deben estar
alertas sobre la clase de interacciones que ocurren entre sus hijos y fijar
límites claros y ser consistentes en la disciplina. Se debe romper el ciclo de
la violencia entre los hermanos porque aunque no se trate de bullying, la
violencia entre los hermanos nunca debe ser aceptada y mucho menos minimizada.
Para Conferencias y
adiestramientos:mriveracotto@gmail.com
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