Quizás muchos
han escuchado sobre los factores que inciden en el comportamiento de los acosadores
en la escuela: padres permisivos o controladores, modelos externos inadecuados
y otros factores. Sin embargo, aun en los padres que ejercen una paternidad
responsable y que tienen buenas intenciones, se podría estar dando paso a
cierto tipo de sabotaje (sin saberlo), en el esfuerzo de criar a unos hijos
buenos.
Recordemos
que el acoso escolar o “bullying” comienza y termina con un desbalance de poder
cuando el que acosa persigue ganar control sobre otro estudiante. Si los hijos
observan en los padres conductas de poder y éxito mediante el uso de la fuerza
y la violencia, es probable que ellos expresen conductas violentas para obtener
lo que quieren.
A continuación algunas señales
que los padres demuestran y que pudieran desembocar en conducta violenta en los
hijos:
1. Promover chismes: Si usted quiere formar a uno hijos chismosos, actué
como uno. Sus hijos siempre lo están mirando desde que son muy pequeños. Una de
las formas de aprender conductas es mediante la observación de un modelo. Tenga
cuidado cuando habla por su celular, ellos escuchan y miran. También cuando les
dice que se retiren porque están en una conversación de adultos, asegúrese de
que no estén cerca, ellos escuchan.
2. Demasiado ocupado para prestar atención: ¿Cuándo fue la última vez
que dijo que amaba a sus hijos? No es decir: “te amo pero…” eso no es, me
refiero a decirles solamente: “Te amo”. Las demostraciones positivas de intimidad
y afecto en el hogar son la base de las relaciones que tendrán los hijos con
los demás no solo en la escuela sino a través de toda su vida. Procure expresar
un abrazo y un beso en la mañana al despedirse y en la noche antes de irse a
dormir. Si usted les demuestra que los quiere y que les importa, ellos también aprenderán
a demostrar afecto hacia sus amigos y allegados.
3. Tener la costumbre de decir cosas negativas como “detesto esto
o aquello”: Sus
actitudes reflejan la manera en que usted ve al mundo. El como usted se siente
y actúa sobre las cosas que le ocurren, tiene un gran impacto en la vida de sus
hijos. Si usted reacciona con agresividad y violencia frente a las frustraciones
o refleja mucha desesperanza y que no es capaz, sus hijos podrían comportarse
con violencia cuando las cosas no salen como ellos quieren. Le recomiendo dejar
salir su negatividad cuando los hijos se retiren a dormir. Canalice y desahogue su frustración hablando con
alguien de confianza.
4. Sobrecargar a los hijos: A veces los padres desean que sus hijos participen
en muchas actividades sean estas deportivas, musicales, civiles y sin dejar de
mencionar las responsabilidades académicas. Esto puede producir en los menores
altos niveles de estrés. Y el estrés puede dar paso a la ansiedad, a la ira y a
la agresión. Esto a su vez puede desembocar en conductas de acoso en la
escuela. Recuerde que los niños necesitan tiempo libre para jugar, crear,
divertirse y también necesitan tiempo de quietud.
Un
importante estudio en los Estados Unidos demostró que el 80% de los niños indicó
que sus padres están más preocupados por obtener el éxito y la felicidad personal
que por ocuparse del bienestar de los demás. Si los padres desean que sus hijos
crezcan con los valores de la empatía y solidaridad, deben empezar a involucrarse
junto con sus hijos en actividades de interés social y comunitario. Nunca es
tarde para empezar, lo importante es tener consistencia, propósito y persistencia.
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