sábado, 24 de marzo de 2018

Los errores de las escuelas cuando intervienen con el bullying.


Aunque en los últimos años hemos tenido avances en cuanto al conocimiento del acoco escolar o “bullying”, hemos visto que todavía las escuelas cometen varios errores a la hora de enfrentar este problema. Cuando no se hace la intervención adecuadamente el problema puede escalar hacia mayores dificultades. Esto afecta el clima de convivencia en la escuela, perjudicando el proceso de aprendizaje entre otras consecuencias. Por lo tanto, es esencial que los administradores escolares no solo implementen estrategias de prevención e intervención, sino que se aseguren de que todo el personal escolar tiene el compromiso y la actitud correcta (sin negación) para combatir el “bullying”. A continuación les presento algunos de los errores más comunes que cometen las escuelas a la hora de intervenir. El propósito no es de acusar ni recriminar, más bien el objetivo es provocar una reflexión hacia un cambio de postura por el bien de toda la comunidad escolar:

1.     Encubrir: en muchos casos el personal directivo atiende con transparencia la situación de “bullying” al momento de hablar con los padres, sin embargo, hay otros que tienen miedo de las repercusiones que puedan caer sobre su escuela y proceden a ocultar el problema. Esto es un grave error. Es una decisión no responsable y también puede tener repercusiones legales. Además, coloca a la víctima de “bullying” a merced de agravios mayores.

2.     Negación: a veces, los adultos dicen que ellos no han visto el “bullying” en su escuela. Esto es falso. El “bullying” puede ocurrir en cualquier escuela; en unas, los incidentes son más leves que en otras pero ocurre. En ocasiones el “bullying” se manifiesta de forma indirecta. Asumir la negación pone a los estudiantes en gran riesgo. Si al momento no hay incidentes de acoso, el personal escolar debe continuar trabajando intencionalmente para ser de la escuela una zona libre de maltrato entre estudiantes.

3.   Ignorar: en ocasiones algunos maestros se pueden sentir tentados a ignorar alguna situación de “bullying” porque piensan que es algo sin importancia o insignificante. Pero, ignorar estas pequeñas faltas pueden ser la antesala de grandes atropellos. Entonces, si se mantiene esta actitud se afectaría la convivencia, los agresores saldrían impunes, las víctimas maltrechas y reinaría un ambiente de miedo en la escuela.

4.  Confundirlo: lamentablemente el “bullying” se menciona o se identifica muchas veces como una simple pelea entre estudiantes. Esto ocurre porque se ha observado que puede existir una falta de conocimiento en evaluar correctamente cuando se trata de una situación de “bullying”. Recordemos que el “bullying” tiene que ser constante, con la intención de hacer daño y que exista un desbalance de fuerzas, psicológicas, físicas o sociales.

5.  Falta de seguimiento: tal vez por las diferentes exigencias y complicaciones que tiene cada escuela, a veces no se ofrece un seguimiento continuo en cotejar si la situación ha cesado. Al mismo tiempo, existe una falta en proveer un ambiente escolar seguro especialmente para la víctima. A veces no se mantienen en el tiempo las conversaciones con los padres cuando ellos son los primeros responsables de sus hijos.

Se ha comprobado que muchas escuelas citan a los padres para conversar y buscar soluciones y estos no asisten, especialmente si son los padres de los acosadores. Cuando se tiene este tipo de situación, la escuela tiene la autoridad en Ley para advertir a los padres de las posibles repercusiones que esto podría tener. Con esto no se tiene la intención de señalar culpables; al contrario, estamos revelando para crear cambios de conciencia y provocar compromiso. Combatir el “bullying” es una responsabilidad de todos.


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