El problema de la salud mental en los menores de edad es un
asunto serio que merece mucha atención y seguimiento. A nivel mundial se estima
que un 20% de los jóvenes padecen de alguna condición emocional de importancia.
En mi país Puerto Rico, esta realidad es muy similar a lo que se refleja mundialmente. Actualmente, existen más de 100,00 niños y adolescentes que han padecido en algún momento de síntomas relacionados a una condición mental. Tristemente aun, a nivel mundial, el suicidio es la segunda causa de muerte entre jóvenes de 15 a 29 años de edad.
Los detonantes asociados al surgimiento de síntomas clínicos en los niños y adolescentes se encuentra la combinación de los siguientes factores que no se limitan pero incluyen: las catástrofes naturales o provocados (guerras), las pérdidas, los problemas familiares, aspectos sociales como el rechazo, problemas en las relaciones interpersonales, la estigmatización o la discriminación y elementos biológicos.
En relación a los estudiantes, las investigaciones indican que
1 de cada 5 estudiantes sufren de alguna condición mental. Entre los problemas más
comunes se encuentran, la depresión mayor, la ansiedad, el estrés agudo, los
problemas de conducta y los problemas de sustancias y alcohol entre otros. Es
necesario que todas las escuelas cuenten con los recursos necesarios (Trabajadores
Sociales, Consejeros, etc.) para las alternativas de manejo adecuado.
Los maestros pueden ser también ese personal de primera línea para identificar problemas emocionales en sus estudiantes y canalizar la ayuda. Ellos pueden aprender algunos pasos para detectar cualquier señal de alerta, educar a sus estudiantes sobre la forma efectiva de resolver conflictos a través de lesiones específicas y ser portavoz de mensajes positivos.
Es importante concienciar a la docencia de que el bienestar emocional es tan importante como el aprovechamiento académico. Una vez leí la siguiente reflexión: “De que sirve que un niño sepa colocar a Neptuno en el Universo, si no sabe dónde poner su tristeza o su rabia” (J. M. Toro). Educar sobre la inteligencia emocional es fundamental para aportar riqueza a la vida presente y futura de los estudiantes. Los maestros pueden ser capacitados sobre varios elementos relacionados a la salud mental de los estudiantes tales como, identificar la diferencia entre un mal comportamiento y los síntomas sobre alguna condición mental entre otros aspectos.
La salud mental en las escuelas atañe no tan solo al personal
escolar y los maestros, los padres son una parte esencial y tienen la
responsabilidad primaria sobre sus hijos. Es menester que todos los que conforman
la comunidad escolar tengan el compromiso, el empeño y la dedicación necesaria
se lograr un clima de convivencia saludable en los entornos escolares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario