miércoles, 31 de mayo de 2017

De víctima a victimario/a.

En mi país Puerto Rico, se dio a conocer a través de los medios, la situación de una estudiante que había sido acosada por mucho tiempo. Esta menor, recibía todo tipo de sobrenombres denigrantes y ofensivos. La estudiante pertenece al programa de educación especial, el cual es de los Estados Unidos y sirve a los estudiantes que entre otras cosas presentan problemas específicos de aprendizaje o alguna condición de salud mental o física.

Fueron dos años (la niña tiene 11 años)  en los que la menor recibió toda clase de vejaciones y humillación. Cuando la estudiante llegó a su límite y se defendió, hubo un giro trascendental y a ella fue la que acusaron. Ahora enfrenta una situación legal. Pasó de ser víctima a victimaria.  

Lamentablemente, lo que sucedió con esta estudiante no es algo nuevo ni aislado. En muchas escuelas de diferentes países se observa que los que son acosados, terminan siendo los agresores y cargan con las peores consecuencias. Se ignora el dolor y el sufrimiento del cual fueron objeto. Nunca fueron defendidos cuando más lo necesitaron.

Es fundamental alejarse de una actitud de negación e indiferencia y tomar postura en contra del maltrato entre estudiantes. La vista larga, el silencio y la falta de acción jamás serán el camino correcto para erradicar el bullying.

Recordemos que los estudiantes son nuestros futuros ciudadanos. Ellos cuentan con nuestra voluntad para dejarles un legado de solidaridad y compromiso que contribuya a una formación de bienestar en todas las áreas de su vida. 

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