Cuando vemos los tres términos del título
del blog de hoy, quizás usted se pregunte cual es la relación entre ellos. Para
comenzar les diré que existe relación por los efectos del primero sobre los
otros dos. Estudios han revelado que las víctimas de bullying o acoso escolar, son
afectadas en el cerebro en el área de la memoria, porque tienen niveles de
cortisol anormales y esto impacta adversamente las neuronas del hipocampo. También
se han encontrado efectos en el cuerpo calloso con menor revestimiento de
mielina en las neuronas. Estas anomalías cerebrales dificulta que las víctimas procesen
lo que está sucediendo en el entorno y no puedan responder apropiadamente.
También podría explicar algunas de las deficiencias cognitivas asociadas a los
efectos del bullying.
Por otro lado y no menos importante, se ha
encontrado que los acosadores, las víctimas y los observadores del bullying,
pueden presentar dificultad en el patrón de sueño. En el caso de los agresores,
tienen más problemas de insomnio que los estudiantes no agresivos. Esto a su
vez impide que puedan regular sus emociones.
En las víctimas, cuando tienen depresión,
ansiedad y PTSD (trastorno de estrés post-traumático) es más difícil conciliar
el sueño y presentan pesadillas debido al trauma que causa la experiencia de
acoso.
Para los testigos del maltrato entre
estudiantes, existen consecuencias por el mero hecho de observar la humillación
y la intimidación. Estudios recientes revelan que los observadores sufren las
mismas consecuencias de las víctimas por el impacto vicario.
Es necesario que los padres tomen nota para
que exploren con sus hijos el patrón de sueño y de encontrar que tienen
dificultad para dormir o algún trastorno relacionado, puedan indagar las causas
y buscar ayuda inmediatamente.
Para Talleres, Conferencias y
Adiestramientos pueden ir a:
Facebook:
Dra. Maribel Rivera Cotto
www.transformandolaconvivenciaescolar.com
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