lunes, 6 de noviembre de 2017

Prevención del bullying: claves para el éxito

Para poder tener una aproximación al fenómeno del bullying o acoso escolar, existen muchas perspectivas y enfoques dirigidos a minimizar o erradicar el problema de las escuelas. Uno de ellos es el Sistema de Apoyo por Niveles (Multi-tiered Systems of Support). Este sistema es utilizado para servir de respaldo a situaciones que pueden presentar los estudiantes en varias áreas de interés como el aprendizaje, la salud mental y aspectos relacionados al comportamiento. También apunta a la prevención y la intervención del bullying.

Este modelo no se diferencia de otros programas, enfoques (primario, secundario y terciario) o plataformas del Internet para aminorar el bullying. El primer nivel de esta perspectiva es la prevención global para mejorar el clima de convivencia en el ambiente escolar. Esto incluye actividades generales pero también lesiones dentro del currículo que ayuden a los alumnos a lidiar con el acoso escolar.

El segundo nivel de prevención e intervención es la intervención selectiva. En este nivel, los maestros o personal escolar intervienen con aquellos estudiantes que podrían estar en mayor riesgo de ser blanco de agresiones o burlas. No solamente se ayuda a los perjudicados sino que también se interviene con los agresores o agresores potenciales para ayudarlos a ver las consecuencias de sus acciones. Un elemento crucial en este nivel es el trabajo que se hace con el grupo para prevenir el acoso escolar.

El tercer nivel se dirige a trabajar más intensamente con aquellos estudiantes que han estado involucrados de forma directa con el problema. En este nivel, la necesidad de referir a los estudiantes a profesionales de salud mental es inminente por el impacto emocional que tiene el bullying en la vida de los estudiantes.

En nuestro quehacer con el acoso escolar, trabajamos directamente con la comunidad escolar en asesorías, adiestramientos, protocolos y lesiones sobre la inteligencia emocional que pueden ser de beneficio para los estudiantes al igual que para el personal escolar y la familia. La prevención y una intervención estructurada y dirigida es la clave para erradicar el problema.