viernes, 27 de mayo de 2016

La realidad sobre los acosadores o "bullies"

En las situaciones de acoso escolar, se encuentran los estudiantes que molestan a un estudiante en específico. Estos son los acosadores o los “bullies”. No podemos establecer un perfil rígido de los estudiantes que son los agresores en el acoso escolar. Sin embargo, si podemos dejarnos llevar por unos elementos o características que son comunes en los niños o adolescentes que son “bullies”. Ellos han vivido una serie de experiencias que los han llevado  a reflejar este comportamiento violento. Existen muchas razones por las cuales algunos  niños y adolescentes intimidan a sus compañeros en la escuela. Puede ser por la vida que llevan en la casa, no están recibiendo la suficiente atención por parte de sus padres y porque están siendo impactados por cualquier problema intrafamiliar, como la violencia doméstica, maltrato,  problemas de adicción y problemas de salud mental. Algunos resuelven intimidar a otros para liberar el stress que sufren en el hogar, donde viven a diario que la forma de arreglar el conflicto  es a través de la violencia.
Los niños y adolescentes que tienen una personalidad inestable emocionalmente pueden decidir convertirse en “bullies” por la gratificación de poder que le otorga el bullying, haciendo que los otros estudiantes se sientan infelices. Si los agresores tienen problemas de aprendizaje, falta de habilidades sociales, o problemas de adaptación también pueden intimidar a los demás para sentirse mejor acerca de su propia situación personal. En estos casos especialmente, la intervención y ayuda de un psicólogo especialista en acoso escolar es  fundamental. A veces, la razón del comportamiento de los “bullies” se debe a que está siendo atacado por otros “bullies” y como forma de afrontamiento, intimida a otros. Esta es una forma común de que el ciclo de la intimidación continúe y que los estudiantes que normalmente no intimidan a otros empiecen a hacerlo.  En este caso, los padres deben concentrarse en detener el ciclo de intimidación. La razón que subyace a la conducta de los estudiantes acosadores es clave para lograr detener este tipo de comportamiento. Por lo cual, los padres pueden enseñar a sus hijos formas positivas de lidiar con los problemas y el estrés para que no tenga que utilizar la intimidación y el maltrato hacia sus compañeros de escuela.
Generalmente, los acosadores tienen una manera de ser provocativa e intimidante. Poseen un modelo agresivo en la resolución de conflictos, presentan dificultad para ponerse en el lugar del otro, viven una relación familiar poco afectiva, y tiene muy poca empatía. No saben perder, pueden maltratar a los animales, son impulsivos, muy poco tolerantes y también son vengativos. Los acosadores pueden llegar  a aprovecharse de los estudiantes más pequeños, robándole sus pertenencias. Los “bullies” mienten constantemente. Cuando se les confronta suelen victimizarse y culpar a los demás. Se burlan de los demás, les desagrada participar de las actividades de la familia, incluso las repudian. No tienen límites, pueden ser groseros y retadores, son poco considerados llegando a ser obstinados, no logran ser empáticos. Según los expertos, un niño puede ser autor de bullying cuando sólo espera y quiere que hagan siempre su voluntad, cuando le gusta probar la sensación de poder, cuando no se siente bien o no disfruta con otros niños.

El hogar es el primer centro de aprendizaje sobre cómo nos comportamos en el mundo y todo lo que sucede en ella repercute en nuestra personalidad. La mayor parte de nuestra forma de ser se desarrolla cuando somos pequeños. Es muy común encontrar niños y adolescentes que son acosadores, que proceden de familias donde el padre está ausente, aunque viva en el hogar. Esto confirma lo que indican varios estudios en relación a que los acosadores también provienen de familias cuya estructura se encuentra intacta. Es imprescindible que los padres y encargados de los acosadores o “bullies” procuren para sus hijos, la intervención interdisciplinaria con profesionales de la salud mental y del área escolar. Recordemos que los niños y adolescentes que demuestran un comportamiento constante de intimidación, hostigamiento y violencia no solo reflejan consecuencias adversas inmediatas a todo nuestro entorno, sino que también, éstos son los posibles delincuentes del mañana.  

lunes, 2 de mayo de 2016

"Todo es bullying y nada es bullying"

En la actualidad, con tantos adelantos en la tecnología, donde la información está al alcance de un teclado y con el fenómeno de la globalización, todavía existe mucha confución sobre el concepto de acoso escolar o bullying. Por eso, "todo es bullying o nada es bullying". Al generalizar este término que tiene repercusiones muy serias, caemos inevitablemente en la trivialización y tomamos este asunto superficialmente. He visto como a situaciones entre adultos, el rápido diagnóstico o con una actitud de broma, se suele decir que tal o cual persona es víctima de bullying. Peor aún es, cuando se cumplen los criterios para establecer el acoso escolar y se niega o se pasa por alto el asunto. En esta y otras situaciones, el análisis puede deberse a episodios de violencia, violencia doméstica, maltrato institucional, acoso laboral o mobbing, entre otras manifestaciones de violencia. Como repaso, el acoso escolar es cuando un estudiante es objeto de hostigamiento, intimidación y abuso por parte de uno o varios estudiantes, por un periodo de tiempo y donde la víctima no tiene manera de defenderse por la existencia de un desbalance de poder o fuerza. Aunque en otras expresiones de violencia, puede existir un patrón y una dinámica de desigualdad de fuerza o poder, es menester nombrar a cada situación con el concepto correcto. Les exhorto a evitar una mirada minimizada o reduccionista del acoso escolar y no trivializar esta lamentable situación.